martes, 7 de octubre de 2014

Metamorfosis

No soñaba, no.
Pensaba que podría ser una alucinación, se levantó y se dirigió hacia el espejo de su baño, pero por alguna extraña razón no podía andar a dos patas. Sus dos piernas traseras no podían sostener a su enorme cuerpo, simplemente perdía el equilibrio. Estuvo bastante tiempo intentando ponerse en pie, pero al ver que aún no conseguía tener equilibrio, cogió el antiguo bastón que se dejó su abuelo hace escasos días.
Cuando se miró al espejo por poco se vuelve a caer.
-De todos los insectos que hay, ¿me he tenido que transformar en el más feo y asqueroso? ¿qué hice mal en mi otra vida?
De pronto un extraño ruido sonó desde lo que ahora se suponía que era su estómago, tenía hambre. Se dirigió a duras penas hacia su cocina tropezándose varias veces en el camino. Aún no lo cogía el truco a andar así. Maldijo al darse cuenta de que gracias a la cena familiar que organizó, ya no le quedaba nada de comida.
Decidió vestirse con ropas muy grandes: un abrigo negro, una bufanda azul y un sombrero que le tapaba toda la cara. Dio gracias a Dios ya que el supermercado le quedaba bastante cerca, a menos de una cuadra de su casa.
Por la calle y en la tienda le miraban raro a que aún le costaba andar con normalidad, pero ya lo iba dominando. Después de comer se preguntó donde estaría su mujer e hijos, en ese mismo instante un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Ellos volvían en dos días, lo que significaba que...
Tiene dos días para averiguar como volver a ser humano.


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